Sequía

El mar se estaba secando. Al principio, solo se distanció unos metros, apenas notamos la diferencia. Sin darle demasiada importancia, seguimos jugando. A los pocos días, la orilla continuó alejándose de nosotros unos cuantos metros más. Teníamos que caminar mucho para que el agua nos cubriera hasta la cintura. Al día siguiente, tuvimos que adentrarnos kilómetros en el mar para que el agua nos llegara hasta las rodillas. En pocos días, el mar se volvió tan remoto que ya no se veía a simple vista. Todo sucedió muy rápido y, cuando nos dimos cuenta, nuestro mundo quedó completamente seco.Cuando llegó la gran sequía, nuestro inmenso mar mostró todo su fondo, como cuando una imagen se revela lentamente en una fotografía. Solo entonces pudimos ver con claridad lo que había en su interior. Lo que presenciamos nos decepcionó: barcos hundidos, submarinos de guerra, montañas de basura y todos los animales marinos que perecieron cuando llegó el cataclismo que transformó el mundo tal y como lo conocíamos. Ahora miro hacia el horizonte de lo que una vez fue nuestro mar. Aquellas olas se han convertido en dunas. El aire fresco ahora es una calima pesada e irrespirable. Aquello que antes fue un mar rebosante de vida, belleza y misterio, ahora es un desierto de arena seca, maloliente e inerte...
…Como tú y yo.


TEXTO E ILUSTRACIÓN: © Jesús Román




@jromanilustracion