La Duda

Mi madre, antes de fallecer, me habló innumerables veces de su hermana Isolda. Hasta ese momento, nunca había conocido a mi tía. La guerra irrumpió en nuestras vidas llevándose con ella las ilusiones de todos, y acabé en este orfanato. A diferencia del resto de los niños, yo no estaba solo en este mundo. Desde que llegué a este lugar siempre pensaba en mi tía Isolda y albergaba la esperanza de que algún día pudiera estar con ella, ya que era la única persona que  quedaba de mi familia, aparte de mí, claro. Mis compañeros de habitación nunca me creyeron cuando les contaba las historias de mi tía Isolda. Les contaba que mi tía, durante la Guerra del Pacífico, combatió en el frente vestida de hombre y que años después, se salvó de un naufragio y nadando llegó a una isla y allí vivió en una tribu quechua. Que fue la primera mujer en cruzar el océano pilotando un Lockheed L-10 y que salvó al príncipe Luis Felipe de Portugal de morir de un disparo. Mi tía, sobrevivió a la mordedura de una cobra sometiéndose a un ritual ancestral de un chamán indígena. También publicó siete libros narrando sus viajes y tocó el piano para la mismísima reina de Inglaterra. Supongo que a mis compañeros de habitación ya no les quedó ninguna duda de mis historias cuando, en una mañana lluviosa de marzo, me vieron salir del orfanato de la mano de mi tía Isolda.

TEXTO: Jesús Román


Mono - Life In Mono