Sentado encima del lavabo sentía las losas gélidas en mi trasero, protegido únicamente por un fino calzoncillo de algodón. Mis trémulas manos sostenían una delgada rama con un hilo anudado en la punta simulando pescar en el wc. Unas gafas de buzo culminaban este sinsentido. Inmóvil, con mis articulaciones entumecidas, sentía escalofrío. Notaba mi respiración agitada. Se me escapó un pedo. Así me tuvieron durante dos horas en mi primer día de facultad. Al sonar la campana, se dio por concluida mi novatada y pude asistir a clase de Estadística. Bienvenidos a la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales.
TEXTO E ILUSTRACIÓN: Jesús Román
