DERIVA

Desde pequeña, Marina escribía una historia de amor entre una sirena y un marinero. Cada página escrita la arrojaba al mar dentro de una botella. Cuando la mirada se le volvió blanca y sus manos se atrofiaron, esa historia de amor quedó inconclusa. Un viejo marinero, de aspecto débil y cabellos blancos, llegó en una balsa de madera cargada con todas las botellas que contenían la historia inacabada. Ella descansaba con la mirada perdida. Agotado, acercó su oído a los labios de Marina, quien le reveló el final en un susurro, justo antes de cerrar sus ojos para siempre.

TEXTO: Jesús Román