CRUSH

Nos conocimos en una de esas aplicaciones de citas. No soy extrovertido y siempre tuve dificultades para relacionarme con chicas. La esperaba en el restaurante y nada mas verla, me enamoré locamente. Sus pasos eran precisos y fluidos. Cruzamos tímidas palabras en el saludo inicial. Su voz sonaba armoniosa aunque algo articulada. Sus ojos eran cautivadores pero ligeramente inexpresivos. Aseguraba en su perfil que era inteligente, elegante, simpática, animalista, lectora apasionada y programadora de sistemas autónomos. Solo le faltó añadir un pequeño detalle que me confesó al despedirnos: era un androide. Ahora entiendo por qué dejó intacta su ensalada Caprese.

Jesús Román