Dos reinas vivían enfrentadas deseando poseer lo que la otra tenía. La reina Azul, reinaba una tierra donde el tiempo era fugaz y no dejaba lugar para el recuerdo, esfumándose tan rápido como transcurría la vida. La reina Verde, gobernaba un territorio donde el tiempo era infinito. Todo se vivía lentamente y nada tenía fin ni propósito. Sopesando las consecuencias de una guerra, ambas soberanas resolvieron el problema jugando al tenis donde la vencedora gobernaría el reino unificado. Al empatar decidieron unir sus reinos y gobernarlos juntas. Desde entonces nadie sabe si un día durará un suspiro o una eternidad.
© Jesús Román