AFRODITA

Observo a mi hijo Eros esculpido, y descubro que solo conseguís reflejar evidencias de la imagen que habéis creado de nosotros, los dioses del Olimpo. Aun siendo la diosa de la belleza, no puedo evitar hacerlo con ojos de madre. Mi hijo representa el amor, pero no captáis el auténtico significado de su característica divina. Él lo representa en todas sus formas, no solo en la carnal. En su mirada, solo reflejáis lo pícaro, obviando su capacidad de ver el interior de los corazones.  Intentáis, sin éxito, representar lo divino pero, para nosotros, solo sois simples mortales. 
No os ofendáis. 

© Jesús Román