Podéis ir en paz...

Después de misa, mi abuela Paquita siempre nos lleva a mi hermano y a mí a la cabina de teléfonos de la plaza Infantes. Pone cinco duros en la ranura y marca un número muy largo. Y entonces habla con una señora que sabe lo que va a pasar, eso dice mi abuela.  Yo escucho la conversación pero no entiendo nada. Si esa mujer podía adivinar el futuro, le pedí a mi abuela que le preguntara que cuándo volverían papá y mamá. Colgó el teléfono y se le escapó una lágrima. Nunca más volvimos a esa cabina de teléfonos. 

TEXTO: © Jesús Román
FOTO: Helen Levitt
MUSICA: Julianna Barwick - "The Harbinger"