¿Cómo he podido acabar en la bodega de un buque de guerra, entre las toscas manos de un marinero de segunda?¿Cómo se atreve a deshonrarme con algodón y sarga de espiga?
Yo, que fui el sustento de la abuela y del niño sin padres.
Yo, que pasaba noches ronroneando con la caricia del tafetán, del guipur y de la seda, bajo la atenta mirada de la cansada costurera.
Qué orgullosa me sentía cuando venían a probar mis creaciones. Entonces, mi trabajo cobraba vida.
El niño se fue a la guerra.
La abuela, al cielo.
Solo queda polvo de seda en mis engranajes.
TEXTO: MIrelle Markarian
ILUSTRACIÓN: Jesús Román
MÚSICA: Regina Spektor "Machine"
